Oh, Dios,
fiel remunerador de las almas,
concede a tu siervo difunto el papa Francisco,
a quien constituiste
sucesor de Pedro y pastor de tu Iglesia.
que, por los misterios de tu gracia y tu perdón
que administró fielmente en la tierra,
goce con alegría junto a ti en el cielo para siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Señor, dale el descanso eterno.
Y brille sobre él la luz eterna.
Descanse en paz.
Amén.